Las Runas no son mas ni menos que los símbolos de un alfabeto Germano antiguo, llamado Futhark. Existen dos versiones; yo trabajo con el Futhark Antiguo que consiste de 24 símbolos o letras.

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Así como con cualquier Oráculo, su verdadera magia reside en la coincidencia no-casual (también conocido como sincronicidad) que ocurre a recibir respuestas a una pregunta que jamás habrías pensado posible obtener de algunas piedras o un mazo de cartas. Los oráculos mismos, sean runas, cartas de tarot, o lo que sea, solamente nos entregan imágenes que nos ayudan a interpretar los mensajes del Universo o nuestro Ser Superior con mayor facilidad.

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En el caso de las Runas debemos tomar en consideración la cultura que las creo. En especifico su visión del destino, tiempo, y libre albedrío. Los Germanos entendían tiempo, en especial dentro de su mitología, como algo circular o cíclico. Si tomamos el imagen de Yggdrasil, el árbol de la vida que sostiene los mundos, encontramos a su pie el pozo de Urd (a menudo considerado como el Destino), que alimenta el árbol. Sus aguas se mueven por sus raíces, subiéndose por el tronco, hasta que caen devuelto al pozo en forma de rocío. Termina en su inicio.
Entonces, podemos decir que, como claramente el pasado influye en el presente, tu visión presente de alguna situación anterior, puede “cambiar” el pasado, ya que lo entiendes de otra manera que cuando pasó.

Si hablamos del destino y libre albedrío en la cultura antigua Germana, siento que a menudo su mitología apunta a un destino más o menos fijo, pero que depende de ti como llegas a el.

Lo que sea que te muestra un oráculo, recuerda que nada esta escrito en piedra. Simplemente te muestra donde te encuentras, y cual es el camino más probable (o más prospero) a seguir en ese momento de tu vida. Tu tienes el poder de cambiarlo. En especial si hablamos de cambios necesarios por hacer en tu vida: probablemente te esta indicando algo que ya sabes, pero como traspasas esos cambios es a ti.